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Breve nota 9: J. Juran y los gurus de la empresa.

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  El concepto «Control de Calidad Total» fue acuñado en 1957 por Armand Feigenbaum, un experto yanki en calidad. Durante la década de los 80 se consolidaría la transversalidad en la empresa del control de calidad mediante autores como Edward Demin, Ishikawua o el propio Joseph Juran (Marchiwinski, 2014: 109)[1]; esto, claro está, dentro del restricto campo de la autodenominada “ciencia de la empresa”. En el mismo contexto se articularon cuestionamientos sobre desarrollo tecnológico y organizacional, así como su integración y normalización en las diferentes organizaciones sociales; son muestra de ello los populares trabajos de Lewis Munford (1895-1990), que encuentran antecedentes como las canónicas elaboraciones de Herbert Spencer (1820-1903) entre tantos otros. El abordaje de Juran sobre la calidad en la empresa, y sobre todo en el producto que debía satisfacer las necesidades de los clientes busca la “optimación para el uso” (Juran, et ali; 1990)[2]. La llamada «Trilogía de Juran»

Brevísima nota: el ruido

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  Ya es de viejo cuño el problema del estrés asociado al ruido, tanto que ya era un tema de disputa en los clásicos sobre los beneficios y perjuicios de la ciudad: Varrón, Aristófanes [ Las nubes ], Tácito [ Germania ], Platón [ Fedón ]... (Caro; 1966) [i] En el ámbito general, existe uan asociación al ruido y los espacios urbanos, que en la actualidad misma se sostiene: Psychosocial stress (see stress) is characteristic of urban places today. Crowding, noise, commuting, driving in traffic, the pace of urban living, violence and the threat of violence, as well as the act of negotiating numerous social contacts daily are all stressors. For those lower in social positions, the resulting stress is greater; discrimination against the poor and minorities is an ever-present stressor. Psychosocial stressors produce the classic stress response, including the release of catecholamines and cortisol, changes in respiration and cardiovascular function, as well as numerous other alterations. (

Lectura a tres autores sobre: Autoatención.

L. E. Menéndez (2018). “Autoatención de los padecimientos y algunos imaginarios antropológicos”. En:   Desacatos . Nº 58. Pp.: 104-113. Define la autoatención como “ las formas de atención de los padecimientos, en las que los sujetos y micro grupos son los principales actores sociales de este proceso interactivo […] como parte normalizada de su vida cotidiana ”. Así pues, se presenta como una forma de empoderamiento [ empowerment ], si bien sujeto a deformaciones epistemológicas y políticas -indianismo-. La autoatención, aparece en Menéndez como una «metaatención»: “ la autoatención sintetiza, o por lo menos articula, las diferentes formas de atención en apariencia incompatibles ”. Un campo de mediaciones simbólicas, actantes y algo más. Podemos discernir entre autoatención y autocuidado: “ Mientras la autoatención se refiere al microgrupo y la relación del sujeto consigo mismo, el autocuidado propuesto por la biomedicina se enfoca en el individuo ”. Es curioso, pues “cuidado de