Nota 8: Imaginarios neocoloniales.

 Ref:

"Kypseli : women and men apart : a divided reality" (Paul Aratow, Richard Cowan y Susannah M. Hoffman, 1976). Disponible en YouTube [1, 2, 3 y 4].

Reseña:

"A veces se confunde reflexividad con la superación del posicionamiento social y político del antropólogo: la reflexividad sería una suerte de ascetismo profesional que habilitaría para estar por encima de la miseria del mundo y sus bajezas políticas."

Advertía Narotzky (2011: 30) reflexionando al amparo de algo que, por desgracia, va a ocupar más estas líneas de lo que debiera.

La idea de antropología(s), en plural, ha venido de la mano de ciertas revisiones critica de algunos antropólogos del “sur” –me resisto a confundir el norte y sur geopolíticos con el Norte y Sur cardinales-. Es interesante así pues, que la idea de Antropología(s) me la presentara por vez primera una profesora como Gemma Orobig, quien ha trabajado tantos años con los pumé (Venezuela). En ese mismo año leía el documento concluyente del conocido “Sínodo por la Amazonia” que organizó el Vaticano. Las relaciones con gnoseologías alternativas al materialismo o existencialismo europeo parce que se forjan en el sur: “para hacer bien el amor hay que venir al Sur” que diría Rafaela Carrá[1].

El hecho de que hayan emergido posiciones criticas como el perspectivismo amerindio o una surte de “dialéctica de topois” que proponía de Sousa Santos (2011) no es baladí ni casual. Es fundamental la existencia de una historia “oficial” de la antropología, esa que empezaría en Inglaterra a causa del Darwinismo como evolucionismo tanto biológico como social [la selección sexual seria uno de esos factores que cruza la ontogenia desde lo bilógico hasta lo cultural pasando por lo social], o esa etnología fundada por las reflexiones entorno al «otro» de la mano de Montaigne pero que excluye todos los estudios lingüísticos hechos en América por misioneros hispanos u obvia las aportaciones del folklorismo eslavo, tanto soviético como previo o posterior al régimen.

No toda la antropología ha sido producida en el norte y desde el norte, y el no reconocerlo nos es sintomático de cómo dichos “productos” se distribuyen de forma desigual en un “mercado global” de conocimiento; como ciertas organizaciones, epistemologías y personas tienen más peso que otras pero no en base a “criterios de la producción” sino más bien “criterios políticos” que se ciernen sobre dichas producciones.

Para abreviar, pues este no es un debate nuevo ni fácil de resolver aquí y ahora, Manuel Delgado señalaba en una obra poco conocida algunos de estos factores en relación a “la mujer del sur”, esa que inspira decenas de retratos de gitanillas y morenas con ojos verdes olivados o marrones intensos con melenas castañas largas y despeinadas (leoninas):

"Más adelante, los antropólogos norteamericanos comprometidos en las nuevas tendencias de la escuela de cultura y personalidad, habrían de convertir la zona euromediterranea, y particularmente España, en una especie de laboratorio donde verificar sus teorías acerca de los efectos psicológicos y culturales de la «dictadura femenina» de que eran objeto los varones de estas zonas, culturalmente tipificables como reservorios –a la manera de la propia clase media norteamericana- de cuadros de matrifocalidad o matriarcado doméstico."

(Delgado, 1993:138)

Un matriarcado que se había realizado de hecho en más de un lugar. Así nos lo explica por ejemplo Juan Oliver Sánchez (1992; 58) para el caso del pueblo pesquero de Cudillero, donde a finales del siglo XIX y principios del XX las mujeres aun conservaban una posición activa en el trabajo del pueblo, bien como administradora bien como “criadora” ante la asuencia de las instituciones reproductoras que caracterizan las sociedades industriales y postindustriales. No obstante, como advierte Delgado, esa “matrifocalidad” es más representativa y sintomática de una mujer que se encierra en la casa como su espacio “productivo” y busca referentes de esto mismo en una suerte de “universal humano” que no tanto porque exista una clara matrifocalidad en estos grupos.

Pero… ¿A qué viene este excurso?

Las primeras páginas de “Artgonauts of western pacific” están imbuidas de un cierto romanticismo al describir el entorno donde se ubicó el trabajo de campo de Malinowsky. Dichos romanticismo ha sido reconcomio por parte de la crítica (por ej. Stocking, 1983), no obstante los materiales audiovisuales ya son arena de otro costal, lo cual no implica que hayan habido revisiones puntuales de ciertos materiales.

El mismo romanticismo que caracteriza la introducción paisajística de Malinowsky subyace en buena parte de los documentales que en la actualidad consumimos. Dichos documentales son muy cuantiosos, y la mayoría de una factura mucho menos original de lo que pensamos. Por otro lado, la idea de órdenes ontológicos que organizan el mundo bien podría comprenderse dentro de esta tradición. Por otro lado, la definición de cultura se aproxima a la del Geist que reclamara esta escuela para sí.

¿Cómo podemos reflexionar un material ya dirigido como es un documental?

MI conclusión seria que igual que cualquier otra obra. Por un lado hay que conocer el objeto de estudio de dicho material más allá de los propios postulados del material audiovisual: ¿De qué no habla de este documental? De Grecia y su segregación en base a ciertos dualismos. No ozonate ¿Qué Grecia y qué dualismos estamos venido funcionan? Esta es una pregunta importante, más aun cuando desconocemos tanto el terreno.

¿Qué era Grecia en la década d los 70? Tonny Jud al explicar la diversidad de sures que había en ese norte global conocido como Europa diría:

"Grecia, al igual que Irlanda, era pequeña y pobre y su agricultura no suponía ninguna amenaza para los agricultores franceses. De manera que, pese a algunos obstáculos institucionales –la Iglesia ortodoxa tenía carácter oficial y era influyente: el matrimonio civil, por poner solo un ejemplo,  no se permitió hasta 1992- no había argumentos poderosos en contra de su admisión, de la que fue paladín el presidente francés Giscard d’Estaing, entre otros. Pero en lo tocante a Portugal y, sobre todo, a España, los franceses mostraron una enrome oposición."

(Judt, 2006: 761)

Dicha oposición administrativa sigue alastrando la economía española tras 40 años de privatizaciones de entradas de capitales extranjeros felicitados al amparo de la partitocracia y de la UE. No obstante, dejemos nuestras miserias a un  lado para hablar de las de los griegos.

Es decir, nos encontramos ante un país de escasa industrialización y con instituciones propias del llamado Antiguo Régimen: es decir, un país no progresista –entendiendo aquí por “progreso” un sinónimo de “desarrollo” y siendo esto más próximo al mito que denunciara Rist (2002) que a una realidad palpable-. Para hacernos una idea rápida, será justo en 1973 cuando la monarquía será abolida, un año después de que se realizara este documental.

De igual modo, instituciones como la iglesia tienen un a papel preminente. Si bien como católico me he podido interesar por los credos ortodoxos el vislumbrar superficialmente su complejidad me impide hablar de las implicaciones entre religión y distinción entre sexos (a diferencia de otras autoras como Alonso; 2019 que terminan en análisis superficiales y prefigurados) –recordemos que los roles de género solo aparecen en las sociedades industriales donde hay una “autoconciencia” de los “lugares que se ocupan” en diferentes momentos; pero es radicalmente lejano a “lo vivido” o a “la encarnación”-.

Las mujeres, lejos de lo que pueda parecer, no están restringidas a una mera reproductividad, y es aqui donde se ve su función activa en un proceso permanente de salud: el hecho de que sean piezas fundamentales en los procesos de negociación de herencias y dotes así lo evidencia. De Igual modo aspectos como la cocina no tienen nada de meramente “reproductivo” si se analiza desde un enfoque no feminista. Por ejemplo, desde un consumo procesual como ha propuesto Narotzky en varias ocasiones (Por ej. Narotzky, 2004). Un caso claro lo podemos ver en que el cocinado y servicio de los alimentos no tiene nada de reproductor, quedando esta dimensión adecuadamente reservada al trabajo en las fábricas de reproducción de bolsas, empaquetados, mensajes y bienes comestibles en serie. Lo mismo puede decirse de la crianza de los niños, la cual tiene poco de “reproducida” ya que cada niño al estar inducido en un entorno-familia radicalmente único es imposible que tenga un “molde” igual que el de otro niño: “de tal palo tal estilla” en realidad da lugar a infinitas posibilidades ya que no hay dos ramas iguales, por mucho que astillemos con el mismo arte (Cfr. Llinares, 2020).

No extenderé más este comentario, no obstante quiero dejar claros dos aspectos:

-          Por un lado, que las antropólogas que se ejerzan desde posiciones hegemónicas no debe ser tema de sorpresa o disgusto, o no más que para el cristiano que sabe que el pecado configura la vida de todo ser humano o como para un marxista que sabe que la explotación de la plusvalía y la alienación  son factores intrínsecos del momento histórico identificado como «capitalista». Tanto el pecado como la explotación son necesarios en un proceso de construcción de libertades, de una eternidad proponible y valuable.

-          Por otro lado, esperamos haber sido explícito en no suscribir una idea presentista del “deber ser” de las gentes del mundo. Que la Grecia retratada aparezca descontextualizada en el documental es un problema no tanto por visibilizar los sucedido en la región helena como por dar demasiado pro sentado que loa “normal” es lo que sucede en los países de emisión y producción de dicho documental (de fuera de la pantalla, los controlan la pantalla justamente): la industria, la ciudad, los roles sociales, las instituciones reproductivas, las democracias parlamentarias, fenómeno asociados a la “gentry” –esa clase inglesa pero que tantos sociólogos y antropólogos (en especial urbanos y de la exclusión) se obsesionan por encontarar hasta en la Quinta del sordo- etc.

[1] Aquí estoy haciendo un juego de palabras con tres documentos fundamentales de los sucesivos papas: “Amoris laetitia” de Francisco, “Deus caritas est” de Benedicto XVI y Memoria e identidad donde Juan Pablo II explicita la idea de que la libertad exige un finis operis orientado al Amor –si bien cabe recordar que en el catolicismo el amor no es uno sino múltiple (caritas, eros, filia, etc.)-.

Bibliografía:

ALONSO, Mª Jesús (2919). “Género y religión. A la búsqueda de un modelo de análisis”. EN: Aposta. Revista de Ciencias Sociales. Nº 892. Pp.: 124-137. Disponible en: <<https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6988901>>

DELGADO, Manuel (1993). Las palabras de otro hombre. Anticlericalismo y misoginia. Barcelona: Muchnik editores.

De SOUSA SANTOS, Boaventura (2011). “Las tensiones de la modernidad”. En: Foro Social Mundial; Porto Alegre. Otro mundo es posible. Barcelona: El viejo topo. Pp. 163-189.

LLINARES, Artur (2020). “Notas etnográficas: entre producción y reproducción”. En: La razón comunista. Nº 9. Disponible en: <<https://www.larazoncomunista.com/post/9-6-notas-etnogr%C3%A1ficas-entre-producci%C3%B3n-y-reproducci%C3%B3n>>

NAROTZKY, S. (2004). Antropología económica. Nuevas tendencias. España: melusina.

(2011). “Las antropologías hegemónicas y las antropologías del sur: el caso de España”. En: Revista andaluza de antropología. Nº 3. PP.: 26-40. Disponible en: <<https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3742244>>

RIST, Gilbert (2002). El desarrollo: historia de una creencia occidental. España: catarata.

SANCHEZ, J. O. (1992). Ecología y estrategias sociales de los pescadores de Cudillero. Madrid: Siglo XXI.

STOCKING, (1983). “ANTHROPOLOGY AND THE SCIENCE OF THE IRRATIONAL. Malinowski's Encounter with Freudian Psychoanalysis”. En: Malinowsky, Benedict, Rivers and others. Essays on Culture and Personality.  Wisconsin: The Universitiy of Wisconsin Press. Pp.: 13-49.

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