Antropología del jabalí o del hombre?


"Estas opiniones no caben en la cabeza de los expertos..."
¿Pero ya lo has contrastado con las estadísticas reales?
"Miles de entrevistas!"
Contesta él henchido. Pero y por qué no lo contabilizas y lo clasificas? Oh!
"Mi trabajo es cualitativo, no cuantitativo"... contesta....
Esas gráficas que me acaba de enseñar... esas miles de entrevistas que me espetaba... etc... todo eso es cualitativo... no hay número no hay volumen... no hay que clasificar y organizar... pues ¿Qué es todo ello ante el Λόγος, ante la mens, ante la structure, ante die kultur?

¿Pero y ya te has planteado cómo acceden a los recursos? Una sociología de estos grupos...
"No, porque lo que me interesa es como incorporan culturalmente a los jabalíes"
... ya pero ahí no tienes en cuenta el... digamos de forma marxista para hacernos entender... acceso a las infraestructuras en su diversidad...
"Es que acceden sin más... los jabalíes beben agua de las fuentes etc..."
Claro! Una sociología de los jabalíes! Era justo a lo que me refería...

¿Dónde están las instituciones? ¿Dónde están los rituales? ¿Dónde está la distinción Emic. Etic.? ¿Cuál es cuál? ¿Dónde están las nuevas técnicas?
Nada de ello esta... ah! Pero hay observación participante (y muchas, muuuchas, muchiiiiiiiiiiiisimas entrevistas)... ¿Acaso no sea eso lo que es el antropólogo... un observador... que participa? ¿Alguien creía que era algo más? ¿Acaso a alguien se le ocurrió que la observación y la participación no son exclusivas de la antropología? Eso no puede ser. El que observa y participa es antropólogo: todos somos antropólogos como todos somos filósofos... todos somos todo. Bernardino de Sahagun era antropólogo, al igual que lo es la yaya.

Y es que cuando una opinión se convierte en una tesis y dicha tesis es ya la conclusión... ¿Qué se puede esperar?
Conjeturo que este silencio se debe a que […] impone aprender no pocos rudimentos de estadísticas, combinatoria, álgebra, topología y geometría, y eso obliga a comprometerse mucho más intensamente en el juego metodológico y en la capacitación técnica de lo que el antropólogo promedio está dispuesto a hacerlo tras casi cuatro décadas de hedonismo hermenéutico y posmoderno.
Carlos Reynoso (2011). Redes sociales y complejidad. P. 20
A.LL.P.


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