Lectura a: “El conocimiento ecológico tradicional….”


Referencia:

LUZ, Ana C. et alt. (2015) "El conocimiento tradicional como forma de adaptación al medio", a REYES-GARCÍA, V.; HUANCA, T. (eds.) Cambio global, cambio local. La sociedad tsimane' ante la globalización, p. 305- 330. Barcelona, Icaria.

Resumen:

En este breve texto varios autores nos plantean algunos desarrollos antropológico entrono al concepto de “conocimiento ecológico tradicional”, llamado más comúnmente “conocimiento tradicional” o “conocimiento étnico”, entre otras denominaciones. La característica fundamental, más allá de la denominación concreta, es su carácter local, poco o nada formalizado facilitando un acceso popular, su base práctica y su situación entre campesinos e indígenas.
Se coge como caso etnográfico a los tsimane’; un pueblo con conocimiento generalizado sobre botánica si bien este mismo conocimiento se distribuye, con una base común, de forma especializadas según el tipo de vegetación más disponible en cada área al igual que esto afecta a su valor de uso.
Los autores hacen notar que el uso de ciertas costumbres ha descendido, en concreto la caza. Esto señalan que se puede deber al tiempo que ocupa la escolarización, que impide el ejercicio de una actividad que requiere tanto tiempo como la caza. Sin embargo señalan que el conocimiento botánico a penas se ha alterado si bien en los usos se emplea más la medicina moderna. Pero este conocimiento requiere menos tiempo concreto de estudio o practica como la caza, teniendo mucha fuerza el propio saber popular que se transmite oralmente y no tanto mediante la práctica. Pese a esto los autores señalan que no todo es cuestión de tiempo; así pues en la caza existen otros factores como “el uso de armas de fuego, la edad de los cazadores y el tamaño del hogar” (p. 314).
En la valoración de los ecótopos, o paisajes, se da relevancia a su dimensión económica, la cultural y su biodiversidad.
El conocimiento ecológico tradicional muestra su efectividad en casos como el de la salud o el de la eficiencia en la agricultura. Así pues en aquellas familias con mayor conocimiento de botánica se percibe una situación de salud general favorable. En cuanto a la agricultura aquellos individuos con mayor conocimiento tradicional queman menos tierra en los cultivos de roza-tumba-y-quema. Sin embargo no es todo una cuestión de “concienciación”, así pues en la conservación de mayores extensiones de bosque entran en juego otros factores “tales como la distancia a los mercado, la accesibilidad, y el grado de cambio cultural” (p. 318).
La pérdida de dicho conocimiento es una cuestión grabe en tanto que identidad de dichos grupos, sin embargo es mayor su relevancia práctica. Pese a la situación de globalización en la cual permanecemos sometidos todos los grupos humanos, los cambios en estas culturas no son absolutos, así pues si bien algunos conocimientos se pierden otros se mantienen o incluso mejora, como es el caso, entre los tsimane’, del uso de elementos vegetales en la construcción, bien sea de viviendas (más grandes), canoas, etc. de igual modo no todo el conocimiento se conserva igual por cuestiones internas al grupo, así pues una educación que atienda  a los antecedentes tradicionales no tiene el mismo impacto que otra que solo se ocupe de la “extirpación de la idolatría”.

Cuestiones críticas:

La propia localización de dicho conocimiento “tradicional”, entre las tribus y los campesinos parece atender a una dicotomía (estratos (Ronzón, 2015)[1]) un tanto compleja desde la propia perspectiva histórica de occidente[2]. Por tomar un ejemplo véase el texto fechado en 1539 de Antonio de Guebara Menosprecio de corte y alabanza de aldea.
Esto mismo nos sitúa ante una idea mistificadora de naturaleza, buscando su primigeneidad. Esto mismo se ve en el planteamiento que se hace ante la posible pérdida del conocimiento indígena por causa de la globalización. Si bien los propios autores reconocen que no existe un problema absoluto con respecto a esta pérdida de conocimiento no lo hacen reconociendo que no existe un punto 0 del desarrollo humano. No existe ningún pueblo originario al igual que no existe su conocimiento.[3] Esto a su vez se hace extensible a la usencia de un tratamiento concreto en torno a la técnica/tecnología en el breve artículo, am saya de alguna insinuación al hablar del conocimiento conservado del uso de vegetales para la construcción de canoas y casas. Sin embargo otros autores (Molina y Valenzuela, 2007)[4] no dudan en ponerlo sobre la mesa aun reconociendo que en “las sociedades de cazadores-recolectores y de agricultores primitivos el inventario de útiles suele ser muy limitado” (p. 172). José Luis Molina y Hugo Valenzuela, en si Invitación a la antropología económica (p. 193), nos ponen varios ejemplos de la introducción de la tecnología en sociedades primitivas y sus resultados: los yir yoront con las hachas metálicas (Australia) y los skolt con las motos de nieve (Finlandia),
Percibimos una constante contradicción en el texto. El autor no se aclara si considerar que es la cultura la que permite a estos pueblos mantener una fuerte relación de dependencia con el medio o si es dicha relación de dependencia con el medio la que genera una cultura más “respetuosa” con su medio. Una postura equidistante sería posible y razonable atendiendo a la agencia de ambos aspecto, el ideológico y el ecosistémico. Sin embargo ir saltando de una perspectiva a la otra no parece muy consecuente. Véase como ejemplo: “las comunidades con mayores niveles de conocimiento tradicional son prácticamente las mismas que tienen mayores áreas de bosque maduros” (p. 318).
Finalmente parece grave la ausencia de casos concretos de la aplicación tecnológica. De igual modo parece no atenderse a que la tecnología es el medio por el cual el hombre produce el paisaje. Lo cual consideramos hubiera dado pie a más i mejores ejemplos.[5]

ARTUR LLINARES PACIA



[1] RONZÓN, Elena (2015). Sobre la constitución de la idea moderna de hombre en el siglo XVI: <<el conflicto de las Facultades>>. España: Fundación Gustavo Bueno.
[2] Véase: FONTANA, Josep (2018). “Los campesinos en la historia: reflexiones sobre un concepto y unos prejuicios”. En: Sobre la historia i el seus usos públics. España: Universitat de València. THOMPSON, E. P. (2018). “Introducción: costumbre y cultura”. En: Costumbres en común. Pp. 55-71. España: Capitán Swing:
Si el folclore del siglo XIX, al separar las reliquias de su contexto, perdía la conciencia de la costumbre como ambiente y mentalité, también perdía de vista las funciones racionales de muchas costumbres dentro de las actividades del trabajado diario y semanal. (P. 58)

[3] Véase: BUENO, Gustavo (2001). “La nostalgia de la barbarie, como antiglobalización”. Articulo digital en filosofía.org: <<http://filosofia.org/aut/gbm/2001zer.htm>>
[4] MOLINA, José Luis; VALENZUELA, Hugo (2007). “Producción”. En: Invitación a la antropología económica. Pp. 167-194. España: edicions bellaterra.
[5] Véase: VIOLA, Andreu (2011). “Desarrollo, bienestar e identidad cultural: del desarrollismo etnocida al sumaq kawsay en los Andes”. En: Pablo Palenzuela, Alessandra Olivi (Coord.) Etnicidad y desarrollo en los Andes. Pp. 255-302. España: Universidad de Sevilla.

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