Magia y fraude
El orden al cual pertenece la
magia envuelve la realidad, para otorgarle a esta sentido originalmente no hallados
en la vida de las personas.
Se podría plantear que toda forma
de magia es un fraude, lo cual nos obligaría de inmediato a revisar nuestra
propia sociedad para atender a los prejuicios “místicos” o i/pre-racionales que
tenemos (Boyer, 2011. Belmont, 1989). Así pues qué puede hacer que la magia sea
noble o, cuanto menos, digna de ser aceptada como sistema de saneamiento en un
pueblo.
Tres elemento son fundamentales seguir Levy-Strauss (1987, p. 206) en
el complejo shamanístico:
I.
El enfermo; si bien este debe ser el
protagonista del acontecimiento no es así. Ciertamente puede adquirir un papel
de mayor relevancia en aquellos casos donde la recuperación es de un grado tal
que se hace notorio, de igual modo puede inclusive decidir convertirse en
shaman si es que su posición se lo permite. En este supuesto caso también el paciente
deviene en una pieza de reconocimiento. Fuera de estas circunstancias no deja
de ser algo próximo a una mera excusa social para ejercer la magia y las
herramientas desarrolladas por el pueblo.
II.
Le shaman; este va a ser el protagonista. Tiene
un papel protagónico, y el empleo de la palabra “papel” no es gratuito, pues
los desmayos, los gritos, el poder en blanco los ojos, junto a otras peripecias
son aprendidas durante los años de aprendizaje de las artes shamanes. Este
mantiene un papel central siendo el que dirige todo el ritual y aquel en el que
esta puesta la atención, pues es en el shaman en quien se deposita la esperanza
para la sanación.
III.
El público. Todo buen espectáculo requiere un público
atento a lo que suceda y predispuesto para con lo que vaya a suceder. Pero también
se le exige a este que participe junto al maestro de ceremonias; ¿Se imagina
alguien que cuando un cantante pusiera el micro ala zar a uno de sus
espectadores este no supiera la letra de la canción? Lo mismo puede suceder en
estos actos.
Todas estas piezas son
fundamentales cada una de ellas en su propia dimensión y en relación con las
demás, en especial esta última. Cabe recordar que estas formas rituales de
salud reafirman la constelación de topoi (Sousa Santos, 2001) en la cual se
mueven sus correspondientes pueblos.
Persiste, sin embargo, una
cuestión fundamental y es la función del Mago paras con sus clientes y su validez.
Los ambos emplean multitud de tratas para convencer a sus clientes de que el
proceso de curación ha sido un éxito, normalmente guardando objetos
determinados (brasas, animales, etc.) que cuelan en determinados momentos para mostrarlos
al cliente y al público. Aquí se exige una doble línea de explicación:
·
La curación
En este sentido
podemos plantear hasta qué punto sí que se pueden encontrar estudios que
aseguran una correlación entre una suerte de intervención a la psique con una
mejora física. En estos casos no se habla de aspectos a grosso modo, así pues 2 horas de charla no hacen que a uno le
vuelva a crecer un miembro amputado, si es que se diera el caso. Lo que se
producen, en especial, son alteraciones hormonales.
Es curios que una de las
fuentes, a mi parecer, más claras de esto y que no emplea Levi-Strauss es el
famoso trabajo de Margaret Mead (1993) Adolescencia,
sexo y cultura en Samoa. Al concluir sus páginas a uno le queda claro que
“la edad del pavo” no existe en todas partes[1],
pero del mismo modo la alteración hormonal a la cual se refieren los expertos
durante la adolescencia no existe en Samoa, o, como mínimo:
La adolecente
en Samoa difería de su hermana que no había llegado a la pubertad, en un
aspecto esencial: en la muchacha mayor se presentaban ciertos cambios
corporales ausentes en la más joven. No había otras diferencias notables […]
Si una
joven que ya ha pasado la pubertad es de estatura menor que la normal, mientras
su prima es alta y puede realizar tareas más pesadas, habrá una diferencia
entre ellas debido a sus distintas dotes físicas que será mucho mayor que la
causada por la pubertad.
(p.
186)
Así pues podemos considerar que
a diferentes entornos diferentes sensibilidades físicas o pueden aparecer. Pero
cuando hablamos de salud no tenemos por qué estar hablando únicamente de
cuestiones físicas, corporales. Lluís Mallart (2007) antropólogo español académicamente
francés advertía al hablar sobre la medicina de los evuzok que esta iba mucho más
allá de la mera curación del cuerpo de las personas, lo que se buscaba era
comprender a la persona en una dimensión mucho más amplia, atendiendo a su propia
psique y sus relaciones para con el entorno:
No se
propone solo curar el cuerpo humano, ni siquiera únicamente el cuerpo y el
espíritu […] sino que también se proponen <<curar>> todo lo
que se opone al bienestar, al prestigio,
al éxito personal, intentando, al mismo tiempo, eliminar todo aquello que de
alguna manera se opone a la paz y al orden social.
(p.
173)
·
La constelación de sentido:
A los hombres y
mujeres que se mantiene al margen del
sistema, o entrecruzados en más de uno, se les “impone adoptar, ciertas formas
de compromiso irrealizables en el plano de la colectividad: simular transiciones
imaginarias, así como personificar síntesis incompatibles” (Levi-Strauss, 1979;
p. 20). Estos individuos son fundamentales para mantener el equilibrio dentro de
su grupo.
Pero no únicamente
se dedican a mantener lo ya prexistente
en el colectivo; la característica fundamental de los Magos es que ellos son
los señalados por los comunes como especiales, locos, etc. son aquellos que son
capaces de otorgar un orden a aquellas mitades inconexas de la vida:
Para el
uno, existe lo no verificable experimentalmente, es decir, lo exigible; para el
otro, existen experiencias sin objeto, es decir lo disponible.
(Levi-Strauss,
1987; p. 208)
El problema surge
cuando esta flecha que a algunos se les pega en la espalda no corresponde plenamente
con la realidad. Levi-Strauss expone el caso de un chico que intentando demostrar la falsedad de
la magia termino por ver en ella una función social positiva y reconocía que no
todas las magias son iguales, pues si bien pueden no ser todo ciertas, no todas
lo son ni lo dejan de ser en el mismo grado.
Otro caso
interesante al respecto es el de un chico acusado de brujería entre los zuñi de
Nuevo México. Este chico empezó negando su participación en tales cuestiones,
pero terminó por asumir su rol asignado:
Se lo ve
entonces construir progresivamente el personaje que se le impone, con una
mezcla de astucia y buena fe: aduciendo largamente sus conocimientos y sus
recuerdos: improvisando también, pero sobre todo viviendo su personaje
(ídem.;
p. 201)
Pero no crea el lector que lo
expuesto se limita a aquellos “otros” pueblos ajenos a la accidentalidad. En nuestra
literatura mismamente existen claros ejemplos, uno clásico el Medico a garrotazos de Molière. En esta
obra de teatro un hombre vulgar es tomado por médico y obligado a ejercer como
tal en el pueblo; para cuando su insistencia en negar sus dones es excesiva
llegan los golpes, incluidos los de su familia.
En otras propuestas más recientes
podemos encontrar la serie canadiense Suits,
donde el que es el protagonista hasta la 7ª temporada, Mike Ross, vive la vida
de un falso abogado obligado por circunstancias, en un principio, ajenas a él mismo. Terminará esos sí,
encontrando en el derecho una vía para ayudar a aquellos desfavorecidos que lo
necesiten. En este caso tenemos una clara síntesis de los dos casos etnográficos
relatados anteriormente, pues se asimila al rol dado y, aun siendo consciente
de la porquería que hay en el mundo de los grandes bufetes neoyorkinos,
considera que su caso es menos malo que el de otros tantos.
Pero acaso el más común de los ejemplos
es a su vez el más cíclico; cada cuatro años se exponen de forma abusiva los
planes, promesas, deseos y sueños de un puñado de personas que no conocemos de
casi nada, o, como mucho, por sus fraudes, y, aun así, no renunciamos a un sistema
de rotación de farsantes como es la democracia.[2]
ARTUR LLIANRES PACIA
Bibliografía citada:
BELMONT, Nicole (1989). “Superstición y religión popular en
las sociedades occidentales”. En: Michel Izard y Pierre Smith. La función simbólica. España: Júcar
Universidad. Pp. 55-73.
BOYER, Pascal (2011). “Do people ever engage in “magical
thinking”?”. En: international cognition
& culture isntitute. Disponible en línea: <<http://cognitionandculture.net/blog/pascals-blog/do-people-ever-engage-in-magical-thinking>>
[Consulta: 20/04/2019]
BUENO, Gustavo (2013). “Adolescencia: antropología comparada”.
En: El catoblepas, revista crítica del
presente. Nº 141, p. 2. Disponible en El catoblepas en línea: <<http://nodulo.org/ec/2013/n141p02.htm>>
[Consulta 4/3/2019]
LEVI-STRAUSS, Claude (1979).
“Introducción a la obra de Marcel Mauss”. En: Marcel Mauss. Sociología y antropología. España:
tecnos.
(1995).
Antropología estructural. España: Paidós.
MALLART, Lluís (2007). Soy
hijo de los evuzok. La vida de un antropólogo en Camerún. Barcelona: Ariel.
MEAD, Margaret (1993). Adolescencia,
sexo y cultura en Samoa. España: Planeta-Agostini.
De SOUSA SANTOS, Boaventura (2001). “Las tensiones
de la modernidad”. En: Foro Social
Mundial; Porto Alegre. Otro mundo es posible. España: El viejo topo. Pp.
163-189.
[1]
Para un trabajo ciertamente
actualizado puede resultar de interés: “Adolescencia: antropología comprada” de
Gustavo Bueno (2013)
[2]
Muchas ideas teológicas se cruzan en
la política, cabe aquí recordar que Carl Schmitt será el mayor valedor de
advertir que la mayoría de conceptos politos y económico del siglo XX se encuentran
secularizados. Su trabajo encuentra continuidad, entre muchos otros, en Giorgio
Agamben.
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