Nota. 2.: siempre buscamos doctores, pero a veces tenemos suerte de encontrar a un novato

Esto es una NOTA; este tipo de textos son meras exposiciones de mi opinión, recuerdo. Así que no va a haber un gran texto repleto de referencias ni nada por el estilo, en realidad es algo que podría hacer en YouTube y otras plataformas, pero me siento más cómodo desarrollándolo por escrito, lo cual en cierto modo implica que llegue a menos personas, pero como mínimo estas están dispuestas a leer algo.

Jesús G Maestro siempre insiste en que la literatura no enseña nada; para enfrentarse a la literatura uno debe ir ya enseñado. A esto cabe añadir que considero al manga un tipo de literatura; a día de hoy aun trabajo en cómo puede encajar el manga dentro de esta categoría, pero esto ya será otra cosa.

Cuando veo revisiones y/o críticas a obras de ficción histórica veo porque Maestro insiste un y otra vez en su sentencia. Hoy escribo esta nota después de haber visto el video de iLuTv sobre el manga titulado Innocent de Shiniki Sakamoto (ed. Milky Way).

Lo primero es aclarar que no tengo ningún problema personal con iLu pues el más extenso artículo que he publicado hasta la fecha fue, al igual que esta nota, una respuesta a iLu sobre Samurai Champloo. Tengo consideraciones muy diferentes a las suyas sobre el medio, él tiende a hacer una análisis que, para mí, esta carente de bases densa de estudio sobre "lo japonés"; de igual modo sus ediciones me parecen demasiado dramáticas para lo que son y prefería las anteriores, mucho más alegres y sencillas, pero esto ya son gustos. Supongo que es inevitable que cuanto más profundices en un tema más disidencias se te presenten respecto a otros, en este caso pasa lo mismo. Quiero igualmente decir, que el video de iLu solo ha sido el detonante, pero no es una crítica hacia él. A este se suman otros videos como el de Jaime Altozano hablando sobre la educación en España cuyo tea es igualmente tratado por el canal EsquizofreniaNatural o QuantumFracture; en ningún caso son entendidos de la materia y me parece que solo en el caso de Esquizofrenia se puede ver un intento de ir más allá.
En conclusión; esto es un llamamiento a la capacidad de buscar algo más.

Yo hace unos 3 años me cogí con grandísima afición a Ken Follet y su Pilares de la tierra (ed. debolsillo). En realidad es un libro que me lo leí por retar a todos aquellos que decían que no podía alguien como yo leerse un libro de más de 1000 páginas. Esto es algo muy español dicen el "no hay huevos a...".
A mí me fascinó. Nunca había encontrado una lectura tan fluida, una riqueza de personajes que no se excedía y lo suficientemente interesantes como para mantenerlos en mente sin olvidarme de que es quien.
Con estas ilusiones me puse a leer la continuación; Un mundo sin fin (ed. Plaza Janés). Con esta novela empecé a reencontrarme con la historia. Y aquí talvez conviene que haga un salto hacia atrás; cuando estaba en 5º de primaria.
En aquel entonces mi padre me descubrió un juego clásico ya; Age of Impires. Este es un clásico de los juegos de historia. Lo que más me gustó del juego, ya llegados a un punto, no era sencillamente superar los “niveles”, era escuchar la historia que contaban al final de cada campaña. Llegó el punto en el que los buscaba en el YouYube (de hace 8 años) las historias completes para escucharlas un y otra vez. Junto a este juego otro muy importante fue el Imperium III. Age of Impires me descubrió el mágico mundo medieval de Juana de Arco y Saldino y el mundo Azteca. Imperium III me descubrió Roma y parte del mundo antiguo. Los dos, y en especial el primero, son los motivos por los cuales a partir de 5º empecé a interesarme abrumadoramente por la historia. Con el tiempo aprendería que lo más importante no era la historia de los soberanos sino la historia de los subordinados; la historia social. Pero esto ya dará para otra reflexión.

De estos tres videojuegos nunca me creí nada; siempre busqué corroborar aquello que me explicaban. ¿Sucedió lo mismo, tiempo después?

Con Los pilares de la tierra yo no me di ni cuenta de que era una novela histórica. Siendo sincero, lo único que marcaba la diferencia eran algunos detalles y las imágenes de frondosos bosques donde siempre se arriesgaba uno a que le robaran. Con Un mundo sin fin la cosa cambió. La descripción de la Batalla de Crecy (1346) y la descripción de los efectos de la Peste Negra me impactaron. Busqué recreaciones de la batalla y me miré un par de documentales de la National sobre la Peste.

En ambos casos nunca me permití el lujo de usar aquello que había sido un entrenamiento como un Fuente veraz de historia. Mª Elvira Roca Barea advierte en su Imperiofovia y lyeneda negra que la gente tiende a confundir literatura con historia. No me queda claro cuánto se opone ella a entender la literatura como historia; yo creo que puede ser un apoyo, pero tengo claro que una cosa no es la otra.

Este es el punto: ¿cómo utilizamos esta información?
Leerse una novela sobre brujería nos puede hacer pensar, por ejemplificar, que en España se mataron brujas a miles como en Alemania, lo cual es una falsedad (véase un artículo donde hablo técnicamente del tema). Jugar a Assasins Creed no te da conocimientos en historia. De igual modo ver una charla sobre política no te hace conocedor de cuestiones políticas. Ver una charla sobre economía no te hace tener un conocimiento determinante sobre economía. No defiendo que para hablar de un tema se tenga uno que licenciar; defiendo lo que se decía en La casa de hojas de Danielewsky: “siempre buscamos doctores, pero a veces tenemos suerte de encontrar a un novato” (p.55).


Esta última frase me parece que es la mas apropiada para terminar la presente nota; no sé si he sido del todo claro. Pero creo que ser capaz de desarrollar el interés en base a algún contenido que nos incite a ello es muy diferente a estancarse en un superficial interés,


ARTUR LLINARES PACIA

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