Sobre las dimensiones culturales y sociales de la naturaleza humana y sobre como trata de estudiarlas la Sociología.
Este es un trabajo realizado para la Universidad de Barcelona. Estudiando el primer semestre del primer curso del grado en Antropología Social y Cultural.
(Para cualquier uso de las ideas planteadas a continuación se ruega la citación de la autoría original: Artur Llinares Pacia. También es válida la citación de la fuente original, es decir, de este blog: Artur Ll. P. [https://elrincondelavidolector.blogspot.com.es/])
El hombre se
constituye a sí mismo como sujeto, pero a su vez es un sujeto natural más allá
de su autoconsciencia de su situación, siendo pues ya un elemento incorporado
por la Naturaleza. Esta doble dimensión del hombre lo hace sujeto a estudiar y
de interés. Pero al retirar la pátina de lo “general” en nuestra toma de
conciencia sobre el homo, nos damos
cuenta de la gran complejidad del estudio que va a proseguir para poder,
verdaderamente, conocer a este “Sujeto”.
Después de 1830 se logra “disponer de un espacio
para la observación de sí mismas [las sociedades], de forma permanente y en
instituciones estables”, siendo este espacio de estudio “una particularidad de
Europa” que sería adoptada por varias naciones, especialmente en Asia oriental,
con gran ímpetu. Nacía la Sociología como una rama de las nuevas ciencias
sociales instauradas en el siglo XIX.[1]
La sociología es un campo científico (afirma
Bourdieu, que “comparte un capital común de conocimientos, conceptos, métodos y
procedimientos de verificación”) que se dedica a “molestar”.[2]
La tarea de la sociología es derribar todo tótem que podamos erigir, y que nos
impida ver la realidad latente en nuestro mundo y en el mundo en general. El
punto está en si el ser humano tiene el valor necesario para ver las
limitaciones respecto a nuestro conocimiento
del mundo social, arriesgándonos así a perder aquello que nos da valor a
seguir subsistiendo en un mundo sustentado por héroes y mitos.[3]
Pese a este
riesgo, el sociólogo debe permanecer impasible y atreverse a llevar a cabo su
trabajo e intentar abrir un poco más los ojos a esta humanidad, permitiéndole, aunque con cierto dolor, tomar plena consciencia
de nosotros mismos y del mundo que conforma nuestro contexto.
Como el
estudioso medieval, el sociólogo se plantea un estudio concreto, pero de un
modo transversal. Si bien un trabajo sociológico puede analizar únicamente un
tema en concreto, procura tomar la mayor perspectiva posible y analizarlo desde
varios puntos de vista. Especialmente podemos destacar una visión más
estadística y otra vertiente más literaria, y aun así ambas igualmente
objetivas, en medida de lo posible, pues ambas se entienden entre sí y se
requieren mutuamente: “los análisis […] ‘literarios’, son capitales para
comprender […] lo que las estadísticas se limitan a constatar”. [4]
Para analizar la dimensión cultural y social de la
naturaleza humana, la sociología y su metodología se plantea, previamente qué
es la “naturaleza humana”.
¿Qué es aquello que entendemos por humano y que nos hermana de
forma inmediata a otro sujeto vivo (o muerto) dentro de una naturaleza repleta
de seres vivos (o muertos)?
En la cosmología actual entendemos al hombre como
un elemento ajeno, si bien no en su totalidad, sí que en un elevado porcentaje
del mundo. Richard Tarnas lo estudia con cierto detenimiento en su obra Cosmos y Psique, donde determina que:
“En la evolución de la cosmovisión primitiva [visión primordial
del mundo] a la moderna [mente moderna], el yo humano se ha diferenciado
radicalmente del mundo, y el fundamento del sentido y la inteligencia con
finalidad ha pasado de un cosmos ahora desencantado a un yo humano autónomo y
potenciado.”[5]
Pero si
aceptamos la concepción moderna sobre la mente y la distinción que los expertos
realizan entre el hombre y lo animal[6],
podemos empezar a construir una teoría y generar una estructura que nos permita
entender a este individuo a lo largo de la historia. Esto es lo que nos propone
hacer el filósofo de la historia Antonio Campillo.
Para comprender la situación actual del hombre
debemos:
1)
Entender y definir los términos sobre los que
trabajamos. En este caso escogemos la cosmología moderna.
2)
Estudiar para comprender el
proceso histórico del hombre y así poder determinar un discurso respecto a la
historia del hombre y su estado presente y, si se puede, futuro también.
El primer punto ha sido resuelto al considerar al homo sapiens[7]
de la edad moderna el sujeto de estudio, y al haber determinado ya el marco de
definiciones que nos permitirán trabajar el “lienzo” teórico y científico.
El estudio del
hombre mediante la historia, como materia transversal, es fundamental para
entender su evolución. En palabras de L. Pericot, la historia encuentra sus
fuentes en fósiles, leyendas, instituciones, estudio de los salvajes etc.[8]
Si bien resulta un trabajo extenso, este nos permite llegar a conclusiones
rotundas.[9]
Buen ejemplo de ello es lo que nos propone Antonio Campillo[10].
Sus conclusiones se pueden ordenar en tres bloques:
ñ
Primeramente determinará la
base sobre la que se trabaja, es decir, el criterio que empleará. Huelga decir
que el empleo de tal o cual tesis ha sido justificado de antemano de forma
extensa y detallada. [11]
“El criterio es muy
sencillo: se trata de comparar las diferentes sociedades y épocas de la
historia según el modo en que se hayan combinado las tres relaciones sociales
básicas [rel. Económicas, rel. Parentales y rel. Políticas] y según el tipo de universo simbólico [aquello
que permite articular entre sí, las tres relaciones sociales básicas] que haya servido para legitimar o
sacralizar esa combinación.”
ñ
Tras esta tesis se embarca en
analizar lo que él ha considerado los tres grandes tipos de sociedades donde se
ha articulado con éxito la tesis antes planteada; las sociedades tribales, las
sociedades estamentales y la moderna sociedad capitalista. Podríamos formular,
en base a sus tesis, la siguiente tabla:
Tipo de sociedad
|
Universo simbólico
|
Relación social dominante
|
Tribal
|
Magia
|
Parentesco
|
Estamental
|
Teocentrismo
|
Política
|
Moderna
Capitalista
|
Ciencia
|
Económica
|
ñ
Finalmente, el trabajo
sociológico no puede meramente quedarse en la reflexión sobre lo que “ya ha
pasado”, debe también estudiar en qué punto nos encontramos (pues es su
función) y, si puede, tímidamente, aventurarse a reflexionar sobre el futuro. Mismamente
Campillo determinará que debido a tres factores (el economicismo[12],
el estatalismo[13] y
el patriarcalismo[14])
estamos en una situación de fuerte cambio, y propone mantener el equilibrio
entre los tres tipos de relaciones sociales dominantes que se han establecido
en una de sus primeras tesis.
En cuanto a las dimensiones culturales
de la humanidad se trata, estas mismas son complejas. Resulta muy interesante
la tesis que plantea Umberto Eco sobre “las enciclopedias”[15],
pero esta se puede adecuar “perfectamente” dentro de lo que B. de Sousa Santos
ha denominado “constelaciones de topoi”.
Para entendernos a nosotros mismos nos hemos de deconstruir en primer término. Así
pues, lo mismo sucede con nuestra “cultura”, debe ser deconstruida. Mismamente
si vinculamos directamente cultura con los campos de conocimientos
(matemáticas, psicología, bilogía, física, etc.) hemos de entender que estos
son lo que yo llamo “lenguajes” que nos permiten denominar, de un modo concreto,
el mundo bajo una lógica. Pero; ¿Qué lógica aplicamos?, ¿Es nuestra lógica la
más apropiada, la más “académica”?. Este segundo escalón es el que trata Boaventura
mediante el ejemplo de lo globalizado (los derechos humanos) y los conflictos
que despierta al encontrarse con otras lógicas (dharma y unma).[16]
En base a esta tesis podemos determinar que las “premisas de
argumentación […] que hacen posible la producción y el intercambio de
argumentos” pueden ser
extraordinariamente diversas. De todos modos, se plantea la posibilidad[17],
según Sousa, que, debido a la imperfección de estos universos de “lógica” (que
implican de facto, un estado de obra incompleta) se puede establecer una
“dialéctica” entre estas formas diversas de concebir lo concebible y llegar a
un punto de convergencia para poder establecer planes globales (entendiendo una
globalización saludable) que funcionen en toda cultura, pues tengan la capacidad
de adaptarse a la Hermenéutica Diatópica.
Pese a que no se plantee desde las mismas premisas, la obra de la antropóloga
Estadounidense Ruth Benedict (1887-1947), El
crisantemo y la espada[18],
es un buen ejemplo de esta posible “dialéctica” que se puede buscar entre dos
constelaciones de topi diferentes. En
el caso de Benedict el contexto de la guerra no fue el más favorable, pero la
finalidad iba enfocada hacia el forzoso periodo de paz que debía seguir a la G.
M. II e iba acompañado de la voluntad de comprender a aquel pueblo que los
habían sorprendido con una predisposición férrea a morir (kamikaze).
“el pensamiento crítico es aquel que nos proporciona a la vez los
medios para pensar el mundo tal y
como es y tal y como podría ser.”[19]
El trabajo de Benedict, Sousa, Campillo, Eco, Vaneigem, etc. siguen, en mayor o
menor medida, esta máxima tan acertada que propone Loïc Waquant. Y es que esto
es lo que es la sociología, esto es lo que son las ciencias sociales: una Voluntad Irrefrenable por comprendernos,
comprenderlos, comprenderos, comprenderme y comprenderte para que algún día
podamos ser todos juntos una Totalidad Eufónica[20].
ARTUR LLINARES PACIA
[1] OSTERHAMMEL, Jürgen. “Sociología”. En: La transformación del mundo. Gonzalo García (Trad.). Barcelona: Editorial Planeta, 2015. Pp.
50-52.
[2] BOURDIEU, Pierre. (junio de 1980). “Una ciencia que molesta”. La
Recherche, núm. 112, pp. 738-743.
[3] “poner el foco
donde más duele y exhumar los pliegues más oscuros que dictan nuestro
comportamiento individual y social.” RODRÍGUEZ ESTEVAN, Antonio F.
“Introducción”. En: Reflexiones sobre un
mundo líquido. Zygmunt Bauman. Antonio f. Rodríguez (edit. intro.).
Barcelona: Espasa Libros, 2017. Pp.9-12. En esp. P. 11.
[4] Mírese nota 2.
[5] TARNAS,
Richard. “Forja del yo, desencantamiento del mundo”. En: Cosmos y Psique. Jacobo Siruela (Dir.) Marco A. Galmarini (trad.).
Girona: Ediciones Atalanta. Pp. 42-55. En esp. P. 51.
[6] “[Los animales] carecen de
identidad simbólica y de la conciencia de uno mismo que la acompaña.” BECKER, Ernest. Citado en: DANIELEWSKI, Mark
Z. “Capítulo VI”. En: La casa de hojas.
Javier Calvo (trad.). Barcelona: Ediciones Alpha Decay, Málaga: Editorial Pálido
Fuego, 2013. Pp. 74-75. En esp. P. 74.
[7] R. Tarnas presenta
en la obra citada el nombre de anima
mundi, para una concepción bajo una visión primordial del hombre. Este
sujeto se describe como una “una matriz viva de sentido encarnado”. P. 43
[8] PERICOT GARCIA. “ANTIGÜEDAD. El hombre primitivo y los primitivos actuales”. En: POLIS Historia Universal. Barcelona:
Editorial Vicens-Vives. 1965. Pp. 7-13. En esp. P. 9-10.
[9] “Cuando echo la
vista atrás, hacia los doce satisfactorios años dedicados a este empeño […],
encuentro que su principal resultado […] ha sido la confirmación de una idea
que he mantenido larga y confiadamente”. CAMPBELL, Joseph. “Preámbulo.
Conclusiones a la conclusión de Las
máscaras de Dios”. En: Las máscaras
de Dios. Mitología primitiva. (Vol. I). Isabel Cardona (trad.). Girona:
Ediciones Atalanta. Pp. 17-22.
[10] CAMPILLO,
Antonio. “Cuatro tesis para una teoría de la historia”. En: El gran experimento. Ensayos sobre la
sociedad global. Joaquín Gallego (edit.). Madrid: Los libros de la
Catarata. 2001. Pp.43-73.
[12] Más que la
política lo que gobierna el globo es la economía y sus instituciones. Puede
resultar de interés: VANEIGEM, Raoul. El
Estado no es ya nada, seamos todo.
[13] Debido a las
organizaciones supranacionales nos encontramos con lo que Z. Bauman denomina la
“crisis del Estado”. Puede resultar de interés: BAUMAN, Zygmunt. BORDONI,
Carlo. Estado de crisis.
[14] Tensión entre
el viejo papel del hombre y el nuevo papel que la mujer pretende instaurar.
Puede resultar de interés: NGOZI ADICHIE, Chiamamanda. Todos tendríamos que ser feministas.
[15] ECO, Umberto.
“Semiótica y cultura”. En: Cultura y
semiótica. Mario León (trad.). Madrid: Círculo de Bellas Artes. 2009. Pp.
27-53.
[16] De SOUSA
SANTOS, Boaventura. “Las tensiones de la modernidad”. En: Foro Social Mundial; Porto Alegre. Otro mundo es posible.
Barcelona: El viejo topo. Pp. 163-189.
[17] Empleo este
término [posibilidad] por mi desconformidad ante la tesis de la Hermenéutica Diatópica, ya que considero
que cada constelación de topoi es
totalmente esférica, es decir, completa en sus propios paradigmas.
[18] BENEDICT, Ruth.
El crisantemo y la espada. Patrones de la
cultura japonesa. Javier Alfaya (Trad.). Madrid: Alianza Editorial, 2011.
378 p. ISBN: 978-84-206-5370-9.
[19] WACQUANT, Loïc.
(abril, 2001). “Pensamiento crítico y disolución de la doxa”. Adef (Asociación Argentina de Filosofía).
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